Se acostumbra a creer que una empresa funciona adecuadamente si sus resultados son aceptables. Si los beneficios superan los costes, parecería que no hay nada a cambiar, porque las aguas siguen su curso. Pero aunque los resultados sean satisfactorios las lógicas que atraviesan las empresas pueden contener profundos errores que limitan sus logros. Y a menudo, esos buenos resultados hacen que se suela ignorar que existen creencias equivocadas, perpetuando una y otra vez la misma situación.
Los autores de este libro, incorporan las categorías conceptuales del premio Nobel de Economía, Daniel Kahneman,
y nos invitan a pensar cómo se toman las decisiones empresariales, si pensando rápido o pensando despacio. Pensar rápido nos ayuda a sobrevivir, a reaccionar ante lo desconocido o a responder aquello que es urgente. Y eso, es necesario tanto para la empresa como para la vida. Sin embargo, sin un pensamiento lento y reflexivo, no nos podemos replantear las lógicas que tenemos interiorizadas y que parecería que son inalterables. Y eso, en un mundo que cambia a pasos agigantados, es un grave problema.
Salir del círculo vicioso de un sistema organizacional ineficiente implica detectar las vulnerabilidades y los cuellos de botella de todas las áreas de producción, con el objetivo de fortalecer la gestión para pasar de la continua improvisación a la mejora continua. Hay que darse tiempo para pensar en lo importante; para la reflexión estratégica que se sale de la vorágine del día a día y centrarse en el día de mañana. Porque si no, aunque los resultados puedan ser satisfactorios hoy, nos olvidamos del futuro. Y ninguna empresa se puede permitir el lujo de ignorar aquello que vendrá.
Los autores de ¡Olvídate de lo urgente! Enfócate en lo importante nos ofrecen métodos para pensar despacio de manera efectiva de acuerdo con la teoría de las restricciones (TOC). Aunque parezca una paradoja, pensar despacio es la manera más rápida de pensar para actuar de forma adecuada.