Compuestas como una colección de envíos ficticios a su amigo Malcolm, Si Dios no escuchase: Cartas a Malcolm acerca de la oración considera esta muestra básica de devoción en su forma, contenido y regularidad, y las maneras en que refleja nuestra fe y moldea nuestra forma de creer.
En esta edición de la ficticia colección de cartas de C. S. Lewis, el venerado autor reflexiona sobre la naturaleza de la oración: qué es, cómo funciona y cómo debe practicarse. La oración es un don puro, un gran regalo de Dios. Así lo entiende también Lewis. Con su brillantez habitual, el autor utiliza su correspondencia con otro intelectual para arrojar luz sobre cuestiones como:
¿Cuál es el valor de la oración? ¿Es la oración un soliloquio que nadie escucha? ¿Qué ocurre realmente cuando oramos? ¿Tiene sentido orar por los difuntos? ¿Por qué es importante la liturgia?
En sus argumentos, Lewis muestra una fuerte convicción y, al mismo tiempo, una gran sensibilidad y comprensión hacia las debilidades y temores del hombre. Aunque Lewis nunca pretendió que este fuera un libro de instrucciones sobre cómo orar, descubrió que el formato de correspondencia le permitía compartir sus reflexiones de forma dinámica y personal.
Si Dios no escuchase: Cartas a Malcom acerca de la oración fue el último libro que terminó C. S. Lewis. Publicado póstumamente en enero de 1964, tres meses después de su muerte, es uno de los mejores libros de Lewis, aunque quizá no uno de los más conocidos.
Letters To Malcom: Chiefly on Prayer
Composed as a collection of fictitious dispatches to his friend, Malcolm, Letters to Malcolm: Chiefly on Prayer considers this basic display of devotion in its form, content, and regularity, and the ways it both reflects our faith and shapes how we believe.
In this edition of C. S. Lewis’s fictitious collection of letters, the revered author ruminates on the nature of prayer—what it is, how it works, and how it should be practiced. Prayer is a pure gift, a great gift from God. This is also how Lewis understands it. With his usual brilliance, the author uses his correspondence with another intellectual to shed light on questions such as:
What is the value of prayer? Is prayer a soliloquy that no one listens to? What is happening when we pray? Does it make sense to pray for the deceased? Why is liturgy important?
In his arguments, Lewis shows a strong conviction and, at the same time, a great sensitivity and understanding for the weaknesses and fears of man.
While Lewis never intended this to be a book of instruction on how to pray, he found that the correspondence format enabled him to share his reflections in a dynamic and personal way.
Letters to Malcolm: Chiefly on Prayer was the last book C. S. Lewis finished. Published posthumously in January 1964, three months after his death, it is one of Lewis’s best books though perhaps not one of his best known.